El poder del miedo ¿Cómo crecer ante la adversidad?

Culminando el circuito de natación en mi segundo IRONMAN 70.3, en Cancún, México.

Culminando el circuito de natación en mi segundo IRONMAN 70.3, en Cancún, México.

Es importante poner en perspectiva el real peligro por el que me siento amenazado.
— Marialuz

La palabra emoción viene de ‘e-mobere’, que significa: “moverse a algún sitio”, por lo tanto, una emoción espera que se active una acción. El miedo es la primera gran emoción de la humanidad, nos ha permitido sobrevivir y evolucionar, nos moviliza e invita a la acción.

Hay dos tipos de miedo: el racional y el primitivo. El miedo racional nos conecta a todo lo que debemos hacer para alcanzar nuestros objetivos y deseos. Si, por el contrario, ese miedo no se controla se vuelve crónico y peligroso para nosotros mismos, nos desconecta y nos aleja de lo que deseamos.

Para dimensionar el miedo y diferenciar el racional del primitivo, recuerdo una de mis competencias, mi segundo IRONMAN 70.3, en Cancún, México. No había tenido un buen año de competencias y mientras avanzaba hacia la línea de partida, con todo el miedo encima, me dije: “Sí puedo estar en el podio”. Luego avancé un poco más y pensé: “Sí puedo ganar mi categoría”. Y luego, cuando mis pies toparon el agua para salir, dije: “Puedo ganarles a todas las mujeres y quedar primera entre todas las amateurs”. Fue muy arriesgado fijarme esas metas, pero usé mi miedo para ponerme en acción y enfocarme. Finalmente, quedé segunda de la general, clasifiqué a mi primer Mundial 70.3 y me convertí en la primera mujer ecuatoriana en llegar a este escenario deportivo.

Entonces, con este breve ejemplo, de cómo el miedo nos puede movilizar, vale preguntarnos ¿Cómo enfrentar el miedo? Ignorarlo o taparlo no funciona, es mejor darle espacio y observarlo. Ese miedo nos lleva a actuar de ciertas maneras y justamente esas conductas lo alimentan. Ante el miedo, si no cambio nada, nada va a cambiar. La gran pregunta es ¿Qué puedo hacer YO para crecer ante la adversidad? A continuación un ejercicio para combatir y crecer junto al miedo:

1

Define el miedo

¿A qué le tengo miedo?

¿A enfermar?

¿A que alguien cercano enferme?

¿A quedarme sin trabajo?

¿A no tener ingresos?

¿A no poder pagar mis cuentas?

¿A fracasar?

¿A perder a alguien querido?

¿A terminar una relación?

¿A tomar una decisión?

¿Miedo a estar solos?

¿Miedo al rechazo?

¿Otro?

2

Ahora pregúntate

¿En qué me puede ayudar sentir ese miedo?

¿Cómo me puede movilizar positivamente?

Tal vez me ayuda a cuidarme, a alimentarme mejor, dejar hábitos nocivos para mi salud, cuidar y estar pendiente de la persona que temo que enferme, pensar en recursos y alternativas para mantenerme activo en mi trabajo, ser proactivo, definir mis fuentes de ingresos y buscar cómo optimizarlas, priorizar gastos, definir ahorros, etc. Es importante poner en perspectiva el real peligro por el que me siento amenazado. 

3

Ubica el miedo

¿En qué lugar del cuerpo se manifiesta ese sentimiento de miedo?

¿Cuál es su manifestación física?

Cierra los ojos y concéntrate, intenta darle a ese miedo una forma, un color, una contextura. Quizás es dolor o vacío en algún lugar del cuerpo, hay aceleración del pulso o la respiración, temblor en alguna parte del cuerpo. Visualízalo y dale todas las características físicas: tamaño, color, forma, textura.

Te doy un ejemplo, el miedo que siento antes de competir, me es útil porque me pone alerta y activa mi concentración. Sin embargo, si pierdo el control de ese miedo podría jugarme en contra. Lo que siento en esos momentos es un vacío en la boca del estómago. El miedo es rojo, de forma ovalada, con puntos amarillos, se expande con mi respiración y su material es como un vapor pero, al mismo tiempo, tiene una textura muy delicada.

4

Es necesario ese miedo

Pregúntate y respóndete, honestamente, si es necesaria esa sensación para lograr tus objetivos. ¿Si o no? ¿Por qué?

¿Puedo escoger otro estado?

En mi caso personal, me pregunto y sé que esa sensación de mi miedo tiene un objetivo específico y es prepararme para competir, afinar mis sentidos y mis alertas para conectarme con la competencia y desconectarme de cualquier distracción.

5

Trasciende y responde

¿Qué acciones puedo hacer para lograr mis objetivos? Enlista

Personalmente, siento que mi miedo está a mi servicio y, en base a la experiencia, sé que el momento en que inicia la competencia desaparece, entonces antes de eso lo dejo estar y que cumpla su función. 

Lee: “¿Y si te digo que no salgas de tu zona de confort?”.

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