¿Balance o armonía? Consigue logros deportivos en tu vida cotidiana (Primera parte)

La armonía es un nivel superior al balance, porque no está buscando el punto medio entre la escasez y el exceso, al contrario, busca integrar y fundir las dos.

La armonía es un nivel superior al balance, porque no está buscando el punto medio entre la escasez y el exceso, al contrario, busca integrar y fundir las dos.

Cualquier cosa que nos esclavice o que pueda tener más fuerza que nuestra propia voluntad puede romper la armonía que buscamos.
— Marialuz

Tantas veces respondí: “lo que se necesita es balance” para contestar a la pregunta: ¿Cómo haces para sincronizar familia, trabajo, vida social y entrenamiento? Y siempre me sentí insatisfecha con la respuesta, dudaba de si esa era en realidad la palabra, sentía que “balance” no se ajustaba completamente a lo que yo necesitaba transmitir.

 Le di tantas vueltas y comencé a analizar inicialmente lo que la palabra “balance” significa. Balance es un estado de igualdad, donde no hay ni escasez ni exceso. Es lograr el estado de homeostasis, que de todas maneras es un fenómeno natural (tendencia natural de buscar el equilibrio). El ser humano de manera intuitiva busca el balance, adaptándose, aclimatándose y haciendo los ajustes psíquicos y fisiológicos necesarios para lograr la homeostasis deseada.

Con esta explicación, y mi propia interpretación de la palabra, comprobé que esta no era en absoluto la palabra que buscaba, y empecé a indagar sobre cuál era el término que correspondía a lo que en realidad me permitía contestar a la pregunta: “¿cómo haces para sincronizar familia, trabajo, vida social y entrenamiento? Estaba obsesionada con eso, y finalmente di con la palabra “armonía”.

La armonía es un nivel superior al balance, porque no está buscando el punto medio entre la escases y el exceso, al contrario, busca integrar y fundir las dos. Cuando somos capaces de lograr la armonía, a pesar de estar cansados, enfermos o debilitados emocionalmente, es posible trascender y superar estas circunstancias adversas afrontándolas, sin buscar pretextos ni monólogos negativos, que de alguna manera sirven para evitar el presente y lo que sucede ahora.

El balance es un estado de equilibrio donde se da una igual distribución del peso, cantidad o importancia. Tenemos la idea de que para sentirnos completos en nuestra vida personal y profesional hay que darle un peso equitativo a cada faceta y una prioridad específica. Esto resulta en una utopía, que desencadena sentimientos de culpa y frustración, porque nunca podremos sentir que damos el 100% en cada área. Mientras que si buscamos la armonía, que significa organizar las partes de una manera ordenada, consistente y congruente, conseguiremos un estado de satisfacción y paz.

Una persona que ha adoptado ciertos hábitos alimenticios y nutricionales, que reconoce errores y aciertos en su estilo de vida, y siente los beneficios de cuidarse, escoger sus alimentos y eliminar de su dieta aquellos que no le aportan a su salud y nutrición, encuentra armonía en ello; sin embargo, ¿qué sucede en algún evento especial? ¿Una invitación? ¿Una celebración en donde no todo es lo que esta persona tiene el hábito de consumir? Aislarse de compartir plenamente esos momentos rompe la armonía.

Y si mi hija me hace un postre, no disfrutarlo, rompe mi armonía. Y si estamos festejando algo especial y no me tomo la copa de champagne, rompo la armonía. Es posible mantener la armonía en la medida que podamos tomar las decisiones correctas en esos momentos, sabiendo que no nos estamos traicionando ni fallando a nuestros propósitos, sino que justamente somos libres de darnos esos gustos sin culpa. Cualquier cosa que nos esclavice o que pueda tener más fuerza que nuestra propia voluntad puede romper la armonía que buscamos.

En el caso de una persona comprometida con el entrenamiento, que está mejorando su rendimiento y sus resultados deportivos, fortaleciendo su resistencia, sintiéndose fuerte y con energía ¿qué sucede cuando la vida se atraviesa? Mucho trabajo, eventos familiares infaltables… toda esa energía se convierte en frustración, se daña el estado de ánimo y la ira invade el cuerpo. La armonía en estas circunstancias se consigue al evitar el sentimiento de frustración y aceptar lo que está sucediendo como parte del proceso y como ingrediente necesario para estar bien. Estar bien es lo que al final del día buscamos, esa armonía que nos permite vivir de manera funcional, optimista y positiva.

En armonía, todo lo que viene de afuera, y tiene que quedarse, encuentra su sitio… se adapta, se acopla, se conecta y se mimetiza.

Anterior
Anterior

Reflexiones sobre el azúcar: mi lucha de todos los días

Siguiente
Siguiente

Todo empieza con el análisis de objetivos