Reflexiones sobre el azúcar: mi lucha de todos los días

En la lucha diaria contra el azúcar el primer paso es reemplazarla por endulzantes más saludables como el monk fruit, la panela, la estevia en polvo y las hojas de estevia.

En la lucha diaria contra el azúcar el primer paso es reemplazarla por endulzantes más saludables como el monk fruit, la panela, la estevia en polvo y las hojas de estevia.

Bloque de Audio
Haz doble clic aquí para cargar o enlazar un mp3. Más información
Para ejercer mi poder personal y ser dueña de mí, no debía permitir que el azúcar sea quien decida.
— Marialuz

Viví con el concepto de que el azúcar era energía y con ese pretexto justifiqué mi adicción al dulce. Por mucho tiempo hice cambios y adaptaciones a mi nutrición, eliminé alimentos procesados, dejé la gaseosa a los 18 años, incrementé el consumo de alimentos verdes y nutritivos, reemplacé mis snacks por súper alimentos, balanceé cada una de mis comidas y hasta me volví la pesadilla en algunos restaurantes, pues pedía cosas que no estaban en la carta. Hacía -y lo hago aún- modificaciones, ajustes y solicitudes no convencionales. Todo eso con total coherencia hasta el momento de llegar al postre, en ese momento venía mi tradicional frase: “yo me lo merezco”, para alcahuetear mi dependencia y adicción al azúcar.

Había una verdad ante mis ojos, una verdad que, además de perjudicar potencialmente mi salud emocional y psicológica, se resumía en una adicción o dependencia que tenía poder sobre mí, y deliberadamente evitaba afrontarla, la evadía y la negaba. Me decía a mí misma: “cuando quiera dejar de comer azúcar, dejo nomás”, o “hago tanto ejercicio que un postrecito no me va a hacer daño, además, yo me lo merezco”.

Entonces se dieron varias circunstancias:

  •  Primero, la verdad del daño que causa el azúcar, aquella que está a la vista y aquella que está escondida en muchos alimentos, se hizo evidente a través de muchas lecturas fidedignas basadas en estudios y hechos científicos acompañadas de conversaciones que tuve con expertos.

  • Luego, vino un espacio de introspección en donde tuve que sincerarme y aceptar que el azúcar y su consumo era una debilidad y se había convertido en una necesidad diaria de la que dependía. Acepté que había algo externo a mí que tenía poder sobre mí y decidí que, para ejercer mi poder personal y ser dueña de mí, no debía permitir que el azúcar sea quien decida, y escogí conscientemente luchar contra eso y ganar todas las batallas posibles, un día a la vez.

Con esto me planteé socializar mi lucha contra el azúcar, argumentando e investigando, y para asegurarme de no sucumbir, decidí compartirlo abiertamente en mis redes. Eso me ayudó y me comprometió aún más con mi objetivo.

La guerra no se ha ganado y sigue estando presente; sin embargo, el compromiso es cada vez más fuerte y sólido, y cada día con conciencia lucho por ponerme por delante de cualquier debilidad.

Lee: “Las razones para alejarme del azúcar a diario”.

Anterior
Anterior

Mi familia, mi pilar

Siguiente
Siguiente

¿Balance o armonía? Consigue logros deportivos en tu vida cotidiana (Primera parte)