Escribir y leer para sanar el alma

Escribir y leer son actos sumamente generosos, que te llevan, inevitablemente, a escucharte profundamente y hallar tu propia voz.
— Filosomi

¿Te gusta escribir para ti? ¿Ansias que otros te lean? o ¿tienes la sensación de que cada libro que llega a tus manos es como un nuevo mundo, capaz de contagiarte de emociones, experiencias y aprendizajes valiosos? Hay quienes ven en el acto de escribir o en los libros UN MAESTRO, un torrente de conocimiento capaz de darte las herramientas necesarias para ver la vida diferente, para vivirla de una forma distinta, mejor.

En el séptimo capítulo de Espirales ¿Qué contamos?, junto al escritor ecuatoriano Leonardo Valencia, quisimos ver el mundo a través del ojo de un amante del oficio de escribir y nos encontramos con una mirada amplia, en donde la escritura se convierte en una poderosas arma de desarrollo personal.

 “Contamos para descargarnos, escribimos para liberarnos de algo que es mucho más grande que nosotros mismos. Cuando escribimos y compartimos estamos dándole un don a otras personas, estamos donando algo muy íntimo, se asemeja a donar sangre... Entonces nos aligeramos, nos renovamos para volver a tener nuevos sueños, tener algo nuevo que contar. Por eso escribir es un acto sumamente generoso”, dice.

De igual manera, Leonardo piensa que leer se convierte en la oportunidad invaluable de vivir experiencias a través del relato, que de otro modo no viviríamos. Rompiendo el mito del lector vs. el no lector, resalta esa relación mágica entre el texto y el receptor: El libro tiene paciencia, siempre aguarda por el encuentro con el lector que lo necesite.   

 Con estas reflexiones sumamente poderosas investigamos y nos encontramos con todo un mundo en el que, efectivamente, la escritura y la lectura tienen una capacidad terapéutica, reconocida por la ciencia.

Escribir, deja fluir tus emociones

 En la década de los 60’s, el psicólogo americano, Ira Progoff, habló formalmente de la escritura terapéutica, un modo válido e insustituible para entender y procesar las emociones. ¿Cómo funciona?

  •  A través de la escritura personal y silenciosa vacías tu mente.

  • Eres capaz de exponerte intencionalmente a recuerdos angustiantes.

  •    Puedes ver los problemas desde una perspectiva diferente.

 Entre sus beneficios están:

  • El desahogo emocional.

  • La construcción de una inteligencia emocional más sólida.

  • La resignificación de los momentos traumáticos.

  • El desbloqueo de pensamientos obsesivos.

  • El aumento de la confianza y la seguridad.

  • Un mejor manejo emocional en situación conflictivas.

  • El despertar de la creatividad.

Para iniciar, sería ideal la guía profesional, y como instrumentos solo necesitas lápiz y papel. Hay algunos ejercicios simples que puedes empezar a explorar en casa:

  1. Diario intensivo

    Escribir sobre el día con todos sus acentos y colores, con los sentimientos a flor de piel, con la intención de mostrar sin filtros las emociones y las sensaciones vividas, es un interesante ejercicio para soltar y expresar libremente nuestros sentimientos y evitar los bloqueos por aquello que no podemos expresar en voz alta.

  2. Mis frases de gratitud

    Generalmente, nos concentramos en lo que nos molesta, lo que no funciona y en lo que no tenemos. Es el estimulo obvio del cerebro para preservar la vida. Sin embargo, es muy importante hacer el esfuerzo consciente de pensar en positivo y la gratitud es un arma poderosa. Entonces piensa y escribe cinco cosas por las que agradeces cada día o cinco situaciones positivas que te ocurren a diario. Deja que tus pensamientos se transformen a tu favor.

  3. Sin miedos

    Eleva tu confianza y autoestima escribiendo todo lo que deseas para ti sin peros, sin el filtro del miedo. Imagina un mundo en el que no hay obstáculos ni riesgos y piensa en todo lo que lograrías hacer a nivel familiar, profesional y social. Este ejercicio te ayudará a identificar con claridad a lo que temes y hacer una lectura lógica de si son miedos racionales o irracionales.

  4. Morning pages

    La académica estadounidense Julia Cameron es la creadora de esta terapia que consiste en escribir cada mañana, a pena abras tus ojos. Escoge un lugar cómodo y escribe a mano todo lo que salga de tu mente, sin la necesidad de racionalizar ni preocuparte por la ortografía o la coherencia de las oraciones. Deja que tus pensamientos fluyan sin reserva. A esto, Julia lo llama “activar el flujo de consciencia”. En su experiencia personal, esto impulsa la sincronicidad en la vida (aquellas situaciones en las que sentimos que todo confabula para que logremos algo, muchas veces impensable) y con la práctica continua, revela la voz interior.

  5. Que afloren tus emociones

    Esta práctica consiste en identificar tres cosas de tu entorno y escribir una historia con ellas. Si nos fijamos en el tono narrativo con el que escribimos seremos más consientes del estado emocional que nos gobierna en ese momento. Este tipo de escritura incentiva el autoconocimiento y lo valioso de hallar nuestra propia voz en las distintas circunstancias de la vida.  


¿Sabías que la escritura manuscrita ejercita al cerebro de forma intensiva? Al contrario de la escritura automática, escribir a mano genera imágenes mentales diferentes por cada letra, creando nuevos enlaces neuronales, que activan y revitalizan la función cerebral. Así que si vas a escribir, hazlo a mano.  


Leer, que las palabras te encuentren

 Cuantos no hemos tenido la costumbre de tomar un libro, abrirlo, leer lo primero que vean nuestros ojos y tomarlo como un mensaje. Esa breve lectura, totalmente intuitiva, se convierte en medicina si así lo deseamos.

 De hecho, en la actualidad existe algo conocido como biblioterapia, en donde la lectura, y la elección cuidadosa de libros (tanto novelas, libros de no ficción, de poesía y de auto ayuda), tiene el potencial de sanar a las personas, sobre todo en cuadros mentales y desequilibrios emocionales, como:

Estas lecturas también son recomendados para los familiares de los enfermos, para el mejor entendimiento de la situación y potenciar el bienestar de todos.  

Esta terapia data de los años 30, cuando fue adherida al campo científico.  La Association of Hospital and Institution Libraries la define claramente como:

“El uso de materiales de lectura seleccionados como coadyuvantes terapéuticos en medicina y psiquiatría”.

 Para la ciencia y desde el punto de vista médico, la abstracción a través de la lectura (muy parecida a la de la meditación) activa circuitos neuronales capaces de llevar a la imaginación a estados inimaginables, desarrollando capacidades como la empatía, que nos permite aprender de experiencias ajenas, que sumamos a nuestra vida como propias. La biblioterapia tiene el potencial de:

  •   Mejorar el sueño

  • Elevar la autoestima

  • Disminuir el riesgo de depresión

  • Controlar el estrés

 El proceso de la biblioterapia consta de tres fases según el portal www.comunidadbaratz.com:

  1.  La identificación personal del lector con un carácter particular en la obra recomendada.

  2. El paciente pasa por una catarsis psicológica.

  3. Esta catarsis conduce a una comprensión racional de la relevancia de la solución sugerida en el texto para la propia experiencia del lector. Se aconseja la asistencia de un psicoterapeuta capacitado.

A continuación 10 libros considerados terapéuticos:

1.    Amor en tiempos del cólera de Gabriel García Márquez, para volver a levantarse.

2.    El viejo y el mar de Ernest Hemingway, para practicar la resiliencia.

3.    Un monstruo viene a verme de Patrick Ness, para resignificar una infancia difícil.

4.    Extraños en un tren de Patricia Highsmith, para enfrentar una relación tóxica.

5.    El síndrome Mozart de Gonzalo Moure, si te sientes diferente y fuera de lugar.

6.    El mercader de Venecia de William Shakespeare, para entender la diferencia entre el bien y el mal.

7.    Meditaciones de Marco Aurelio, para elevar la autoestima.

8.    El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, para trabajar la autoaceptación.

9.    La insoportable levedad del ser de Milán Kundera, para aliviar la ansiedad.

10. 100 años de soledad de Gabriel García Márquez, para controlar la tristeza y la depresión.

Consulta más bibliografía en los siguientes enlaces:

Biblioterapia 1

Biblioterapia 2



Mira el séptimo capítulo de Espirales: ¿Qué contamos? Con Leonardo Valencia.

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