¿Y si te digo que NO salgas de tu zona de confort?

La zona de confort es un espacio seguro en donde conoces las circunstancias que te rodean, los riesgos y las posibilidades.

La zona de confort es un espacio seguro en donde conoces las circunstancias que te rodean, los riesgos y las posibilidades.

El lugar en donde se generan las grandes ideas y los cambios, donde sabemos esforzarnos, es en la zona de confort.
— Marialuz

Por mucho tiempo me hizo sentido el concepto de que para lograr diferencias era necesario salir de la zona de confort. Era allí, fuera del confort, donde sucedían los grandes cambios y se conquistaban los mayores anhelos. Pues Yo también estaba convencida de eso, no sé si de tanto escucharlo o, acaso, por efecto de la convicción con la que la gente y muchos motivadores repetían esa frase: "Si quieres lograr lo que te propones, sal de tu zona de confort".

Con el tiempo y el autoanálisis, me puse a pensar y a recordar los momentos en los que Yo he sido capaz de explotar mi mayor potencial, superar mis propios límites y romper mis paradigmas,  y resulta que, contrariamente a lo que reza esta frase, mis mayores logros los he conseguido justamente estando en mi zona de confort, que no es lo mismo que la zona de esfuerzo. 

Tampoco me refiero a acomodarme o quedarme estática. No hay duda de que el esfuerzo de inicio es incómodo, el desafío es dominarlo y volverlo cómodo, es salir de la zona de confort, para buscar maneras de volver a entrar en ella. O mejor aún, ampliarla.

¿Por qué es importante quedarnos en la zona de confort?

Dentro de mi zona de confort, me es posible desafiar sus límites, ampliar y expandir el espacio en el que me muevo, puedo incrementar mi nivel de esfuerzo y mi rendimiento, porque es ahí donde estoy motivada, no tengo amenazas internas, hay menos estrés, ansiedad e incertidumbre, y me es posible aventurarme a alcanzar nuevos desafíos. 

Por eso mi recomendación es: si has encontrado tu zona de confort, quédate en ella, conoce sus ventajas, reconoce sus virtudes y aprovecha el rendimiento que puedes generar en su interior. Busca ampliar y enriquecer este espacio y volverlo más funcional, de esa manera podrás generar nuevos aprendizajes, desarrollar nuevas herramientas y alcanzar nuevos retos. 

Si buscamos mejorar, la opción no es complicarnos o incomodarnos. Creo que el lugar en donde se generan las grandes ideas y los cambios trascendentales, donde nos atrevemos a desafiar aquello que dominamos, es en la zona de confort.

El objetivo es que la creatividad y la iniciativa sean parte de ese confort, que la generación de ideas pueda asentarse en cierta estabilidad para que crezca y se desarrolle.

Al obtener lo que deseamos y lograr lo que queremos, ampliamos esa zona de confort y generamos más motivación para seguir siendo productivos. 

Entonces ¿Qué es la zona de confort?

La zona de confort es un espacio seguro, en donde conoces las circunstancias que te rodean, los riesgos y las posibilidades, y es justamente ese dominio el que nos permite explorar un poco más allá, y descubrir nuestro potencial y nuestras habilidades. Es en esa zona de confort donde, a razón de ese comodidad, puedo dar lo mejor de mí, y tengo más claro lo que quiero y cómo lo quiero, lo que me gusta y dimensionar lo que soy capaz de hacer.

Considero que lo importante es reconocer esa zona, disfrutarla y aprovechar hacia dónde nos puede llevar.

Este no es un lugar, ni un espacio de tiempo, es un estado personal que es permeable y flexible. Se puede modificar según nuestros requerimientos y deseos, más sobre todo, se puede convertir en nuestro espacio de realización personal y el hogar de nuestras mayores conquistas. 

En ese estado contamos con tranquilidad y paz,  agradecemos todo lo que tenemos y, a la vez, anhelamos algo más, buscamos un desafío nuevo. Allí tenemos no solo la voluntad sino la capacidad de ir a buscarlo.

En ese estado miramos a nuestro alrededor y somos gratos con lo que tenemos, se trata de analizar lo que damos por hecho y que a veces solo lo valoramos cuando lo perdemos.

El confort es tener salud, vitalidad y energía. Es tener compañía y en quien confiar. Es tener ilusiones, una ocupación y un propósito. Es tener motivos para sonreír y para agradecer. Es saber lo que quieres y lo que te gusta. Es poder elegir lo que consideras mejor para ti. Es estar en tu piel y tu color. Es vibrar alto hasta hacer realidad tus sueños.

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