Un rompecabezas a medio terminar

Escojo contemplarlo con gratitud y honrar cada rincón y espacio de este rompecabezas que he construido con coherencia, consistencia y sobre todo con amor.

Escojo contemplarlo con gratitud y honrar cada rincón y espacio de este rompecabezas que he construido con coherencia, consistencia y sobre todo con amor.

Dentro de esas piezas hay unas que caen y calzan de manera mágica y perfecta...esas piezas son ustedes.
— Marialuz

Hace pocos días mientras pedaleaba me hice la pregunta: ¿Cómo terminé yo con esta idea de Filosomi, abriéndome y dejando salir esa voz? Me puse a pensar en la vida, en mi vida y transporté mi mente a la visión de un rompecabezas, uno a medio terminar con cientos, miles de piezas.

Profundicé en la analogía del rompecabezas y pensé que el trabajo que hacemos a lo largo de nuestra existencia, consiente e inconscientemente, es armarlo y construirlo; escoger con cuidado cada pieza, trabajar para que ninguna caiga por azar, y si alguna lo hace, alejar nuestra mirada lo suficiente para poder mirar cómo esta, así no la hayamos escogido, completa una imagen que también nos define y nos pertenece.

Cuando queremos formar una parte debemos elegir pieza por pieza, buscando que cada una encaje de manera impecable. Que nos tome el tiempo que sea necesario, para que valga la pena, para que el resultado sea mucho más preciado y que con la distancia se vea cada vez mejor.

Dentro de esas piezas hay unas que caen y calzan de manera mágica y perfecta, quizás como consecuencia de haber colocado otras de forma correcta, o tal vez por algo tan subjetivo como el destino o la coincidencia.

Esa parte del rompecabezas son ustedes. El regalo maravilloso de la vida que no queremos alterar ni cambiar. Es lo que nos completa, lo que me completa, y me permite renovar la paciencia, la fuerza, la ilusión y las ganas de seguir armando el resto con lo mejor de mi capacidad y habilidad.

Creo que todos tenemos este rompecabezas a medio terminar, con el desafío de seguir encontrando las piezas correctas, seguir completando y ampliando todas nuestras capacidades y nuestro gran potencial.

No pretendo acabar este rompecabezas. Posiblemente quienes me sucedan, lo puedan ver en perspectiva como algo completo más no terminado. Yo escojo contemplarlo con gratitud y honrar cada rincón y espacio que he construido con coherencia, consistencia y sobre todo con amor. 

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