Tu voz interior

Producción de fotos para revista VidActiva en el 2010. En ese momento aún no clasificaba al Mundial 70.3 pero era un sueño por cumplir.

Producción de fotos para revista VidActiva en el 2010. En ese momento aún no clasificaba al Mundial 70.3 pero era un sueño por cumplir.

Pensé que si estaba ahí no era por favor de nadie, ni por suerte, ni coincidencia, era porque me había ganado ese cupo.
— Marialuz

Sentía frío. El sol estaba apenas saliendo, lo podía ver naranja y luminoso en el horizonte. Sin embargo, todavía no me era posible sentir su calor, la brisa del mar refrescaba mi cara, como una caricia tímida y delicada. Fijé mis ojos en el mar azul profundo, con la curiosidad de sentir cuál sería la temperatura del agua, sin poderme acercar todavía, pues no era el momento.

Como si el mar no hubiera querido interrumpir lo que estaba pasado, apenas se dejaba escuchar con el reventar de pequeñas olas que imprimían una estela de espuma blanca, una línea que permanecía unos pocos segundos.

Podía sentir la arena helada en mis pies.

Me invadió una sensación de angustia, mezclada con ansiedad, me sentía pequeña, insignificante. Estaba parada en la línea de partida del Campeonato Mundial de IRONMAN (IM) 70.3. Era la primera mujer ecuatoriana en participar en ese mundial. Miraba a mi alrededor y veía a estas mujeres en el mismo rango de edad que yo, con esos cuerpos fuertes, esculpidos y trabajados, que enfocaban la mirada seguras y confiadas, como si conocieran perfectamente el futuro, sonreían y hacían bromas, y yo sentía que no podía articular una sola palabra, estaba paralizada del miedo, miedo a eso desconocido que estaba a punto de vivir.

Bajé la mirada buscando entre la arena algo que fuera capaz de sostenerme y encontré mis pies, y pensé: “estos pies me han empujado por cientos de metros nadando en la piscina, con estos pies he pedaleado miles de kilómetros que me han llevado a lugares increíbles dentro y fuera de mí, con estos pies he corrido por tantos lugares que amo y que recuerdo como míos”. Y luego visualicé todos esos sitios en los que tuve el privilegio de entrenar a 2800 metros de altura y más. Pensé que si estaba ahí no era por favor de nadie, ni por suerte, ni coincidencia, era porque me había ganado ese cupo, clasifiqué a ese mundial ganando mi categoría en el medio IM de Cancún pocos meses atrás. Por tanto, merecía estar ahí igual que todo el resto de triatletas a mi alrededor.

Lo mínimo que yo podía hacer era dejar el miedo ese instante y en ese mismo lugar, a orillas del mar, y enfocarme en hacer eso que me apasiona sin límites, con entusiasmo y con ilusión. Y así fue, mi compromiso se había renovado.

Mis resultados en ese primer mundial:


Tiempo total:

4:48:26


Ranking

GENERAL

780 / 1519

GÉNERO

96 / 487

35 A 39 AÑOS

13 / 79


Disciplina General Género Edad Tiempo

Natación 857 186 23 0:35:07

Transición 727 197 34 3:25

Ciclismo 677 55 9 2:23:52

Transición 1438 463 78 6:08

Trote 742 118 19 1:39:56

Curso 780 9 13 4:48:26


Anterior
Anterior

Las razones para alejarme del azúcar a diario

Siguiente
Siguiente

Mi familia, mi pilar