Mi búsqueda del bienestar en el 2020

Las decisiones diarias practicadas con consciencia, nos acercan a los resultados que deseamos obtener.

Las decisiones diarias practicadas con consciencia, nos acercan a los resultados que deseamos obtener.

Estoy convencida de que no se puede conducir a nadie a un lugar al que Yo mismo no he ido. Este año he transitado por esta maravillosa forma de balancear mi cuerpo.
— Marialuz

Cada hábito tiene una consecuencia, y la práctica sistemática de ellos, genera los cambios y la transformación que estamos buscando, lo que nos acerca a estados de BIENESTAR.

Como ejemplo, si estoy consciente de que el descanso y, sobre todo, el tener un sueño reparador cada noche, mejora mi rendimiento, mi estado de ánimo y mi energía y me ocupo de darle a mi cuerpo ese descanso, ese simple acto me llevará a un estado de bienestar.

Si los alimentos que escojo son de origen natural, no procesados, y cuentan con el menor número de ingredientes, lograré que mi cuerpo esté menos inflamado y que todas sus funciones se potencien.

Entonces, si tomo estas decisiones diarias y las practico con consciencia, estaré más cerca de los resultados que deseo obtener.

Desde la experiencia

Les voy a contar una experiencia personal y cómo un resultado que pensé positivo, y una inversión que creí estaba justificada, me enseñó sobre el significado de BIENESTAR.

En octubre del año pasado competí en el IRONMAN (IM) de Louisville, mi última competencia hasta la fecha y, la verdad, aunque no hubiera existido la pandemia que estamos viviendo ahora, estoy segura que este año no hubiera estado en la capacidad de competir.

Había preparado mi IM número 13 (para los que no conocen sobre el IM, este consiste en nadar, pedalear y correr 226 km seguidos). La preparación fue especialmente exigente y particular, puesto que venía entrenando un promedio de 12 a 16 horas a la semana, y como no iba a llegar a punto a la carrera para conseguir los objetivos que me había propuesto, las últimas 3 semanas entrené entre 25 a 30 horas. Me sentía bien y mi cuerpo respondía, me alimentaba, suplementaba y me hidrataba a consciencia.

En la carrera, en el segmento de la bici, los 180 km, no me sentí muy bien, pero llegó el atletismo, los 42k, y pensé para mí que ahí era donde iba a sacar todo mi entrenamiento; sin embargo, cerca del km 2 comencé a sentir un fuerte dolor de espalda y me di cuenta de que mis objetivos ambiciosos tendrían que replantearse. Tomé dos decisiones. La primera fue olvidarme de mis objetivos de subirme al podio y clasificar al campeonato mundial, y la segunda, visto que ya lo otro no importaba, mi único objetivo fue terminar, al ritmo y en el tiempo que fuera, y para eso decidí no volver a mirar el reloj.

Me enfoqué en avanzar, en poner un pie frente al otro, y así fueron transcurriendo los kilómetros. El dolor desapareció y yo no volví a ver el reloj.  40 km después, me acercaba a la meta, feliz y realizada. Al cruzarla miré el reloj y me llevé la gran sorpresa de que había corrido la maratón más rápida de mi vida, y no solo eso, estaba tercera en mi categoría, me subí al podio y clasifiqué al campeonato mundial.

El aprendizaje

Estaba feliz y realizada, lo que no sabía es que meses después, me iba a dar cuenta de que el costo que había pagado por esa alegría, fue demasiado alto.

Mis exámenes de laboratorio mostraban pre-diabetes, colesterol elevado, cortisol elevado, desbalance hormonal, entre otras cosas que fui experimentando como aumento de peso, fatiga y depresión. Ahora, casi un año después y tras muchos intentos, finalmente estoy recuperando mi salud y mi bienestar ¿Saben cómo lo logré? En base a un protocolo acertado y específico a base de alimentación y el consumo de suplementos vitamínicos, minerales y adaptógenos.

Entre los principales están: una nutrición enfocada en alimentos que protegen mi hígado, que fue uno de los órganos más afectados por el estrés.  Y el consumo de vitaminas. La razón de suplementar con vitamina C, complejo B, aceite de pescado, probióticos, ginseng y maca es porque cuando hay indicios de estrés oxidativo en el cuerpo, se necesita soportar con más de lo que la alimentación nos puede dar.

  • La Vitamina C es muy fácil perderla, es importante porque activa enzimas, otros nutrientes y hormonas, que ayuda en los procesos de estrés oxidativos del cuerpo, especialmente para los deportistas por el alto gasto metabólico.

  • El complejo B activo, que ya está disponible para que mi cuerpo lo utilice, de tal forma que no tenga que hacer ninguna conversión enzimática, que es lo que normalmente el cuerpo hace para procesar las vitaminas. En mi caso, como hay varios indicios de que mi cuerpo no es tan eficiente en este sentido, necesito vitaminas activas. 

  • B12, B6, B1, B2 y B3, biotina y folato, porque tienen funciones importantes en el cuerpo como la conversión de carbohidratos, la utilización de grasa como fuente de energía, la metabolización de proteína en la digestión, además son vitales para el sistema nervioso y el sistema inmune.

  • El Fish Oil o aceite de pescado tiene propiedades antiinflamatorias, para crear células saludables. Es rico en ácidos grasos fundamentales para la salud.

  • Los probióticos los tomo porque ya no tengo vesícula, y es vital para mí mejorar la flora bacteriana porque ahora está expuesta a otro tipo de ácidos.

  • La Maca y el gingseng equilibran mis hormonas y la tiroides. Son parte de la familia de adaptógenos, que lo que hacen es mejorar la respuesta al estrés. Encontramos en mi historia que hay tendencia al estrés oxidativo, por lo que me ayudan a recuperarme más rápido o que la respuesta al estrés no sea tan agresiva.

¿Por qué les cuento esto? Porque estoy convencida de que no se puede conducir a nadie a un lugar al que Yo mismo no he ido. Este año he transitado por esta maravillosa forma de balancear mi cuerpo, he vivido los resultados en carne propia, y tengo pleno convencimiento que funciona y que es el mejor camino para sentirnos saludables y con energía.


Lee: “El poder del miedo: ¿Cómo crecer ante la adversidad?”.

Anterior
Anterior

La batalla para reconquistar la energía