El secreto de un IRONMAN.. Creer

¡Nerviosa! Apunto de salir hacia el agua. IRONMAN Austria 2011.

¡Nerviosa! Apunto de salir hacia el agua. IRONMAN Austria 2011.

El IM es el día donde te enfrentas a ti mismo para probar tu resistencia, tu persistencia y tu infinita capacidad de creer.
— Marialuz

Cuando me pregunto: ¿Qué puede hacer que un ser humano se plantee la posibilidad de completar un IRONMAN (IM)? Regreso tiempo atrás y recuerdo cómo se mira ese gran desafío, cuando solo es una idea, una ilusión, un sueño. Hoy, después de estos años, a base de prueba y error, de enseñanzas y lecciones aprendidas, puedo contestar que lo que hace que un ser humano se plantee un desafío de esta magnitud es el hecho de creer que es capaz de hacerlo.

Creer… así es como nacen muchos proyectos y se logran grandes cosas, en ocasiones incluso mayores a las originalmente planteadas. Pues en este camino, donde a veces parece que la inversión es demasiado grande, solo basta detenerse un momento y evaluar cuáles han sido las ganancias.

Las ganancias no se miden en premios, ni en medallas, ni en tiempos, ni en marcas. Cada entrenamiento es la ganancia de cada competencia. Sin importar el resultado, siempre obtengo algo, pues estoy viviendo momentos que, de no tener un objetivo, sería incapaz de experimentar.

El IM es un día muy largo, me dijeron una vez.  Sí, es un día largo y especial, seguro serás capaz de recrearlo de principio a fin, y revivir muchos momentos como si acabaran de pasar, incluso como si estuvieran sucediendo en ese mismo momento.  Es el día donde te enfrentas a ti mismo para probar tu resistencia, tu persistencia y tu infinita capacidad de creer.

Esta forma de vida, que me enriquece de tantas maneras, con logros y alegrías, con caídas y frustraciones, no deja de enseñarme que soy capaz de construir tanto de lo bueno como de lo malo, no deja de desafiarme para conocer de cerca mis fortalezas y mis debilidades, no deja de permitirme soñar y tener la convicción de que para lograr objetivamente mis metas alcanzables, primero tengo que creer.

Anterior
Anterior

¡Miedos! Venciendo el temor a fracasar