¿Por qué vale la pena cuestionar a los alimentos procesados?
Si hablamos de nutrición, lo primero que debemos entender es que somos responsables de nuestros cuerpos. La salud es nuestra más preciada posesión.
Dicho esto, los alimentos pueden ser la medicina que necesitamos para mantenernos saludables y también aquello que nos puede enfermar. Por eso es tan importante tomar conciencia de todo lo que comemos, de dónde viene, qué proceso siguió para llegar a nuestro plato y los ingredientes que contiene.
Las frutas y legumbres no necesitan una etiqueta nutricional, para consumirlas solo debemos tocarlas, olerlas y observar su color. Por tanto, merece la pena que al comprar alimentos procesados evitemos aquellos que tengan ingredientes difíciles de pronunciar. Esas substancias están bien en un laboratorio pero no en nuestro cuerpo.
Algunos de los ingredientes que son los grandes NO en los productos procesados son el aceite de soya, el sirope de maíz, la palabra hidrogenado, MSG o monosodio glutamato (es una excitocina, un neurotransmisor conocido por matar neuronas). Algunas industrias lo esconden con la palabra proteína hidrolizada vegetal, vegetable protein, saborizantes naturales o hasta con la palabra especies.
Muchos de los ingredientes que contienen los alimentos procesados, incluyendo demasiada azúcar, provocan cambios biológicos en nuestro cuerpo. Estos cambios pueden producir: dolor, estrés, nos enferman y hasta reducen nuestra expectativa de vida. Puede sonar exagerado y no deja de ser verdad
Una recomendación básica a la hora de visitar el supermercado, evita consumir alimentos con más de cinco ingredientes en la etiqueta, a no ser que todos ellos sean ingredientes que reconoces como, por ejemplo: tomate, agua, orégano, sal, pimienta.
Consume alimentos integrales y naturales. Muchos vegetales, algunas frutas, grasas y proteínas saludables. Evita los que elevan el azúcar y huye de la chatarra.
¡Nada como los alimentos reales!