3 formas de gestionar tu relación con el estrés

Aprender a respirar diafragmáticamente es unas de las mejores terapias para gestionar el estrés cotidiano.

Aprender a respirar diafragmáticamente es unas de las mejores terapias para gestionar el estrés cotidiano.

Gran parte de la respuesta que tenemos hacia el estrés diario está condicionado por las creencias que tenemos de nosotros mismos.
— Filosomi

En el artículo pasado: “¿El estrés es el enemigo? Suelta tus creencias”, te dimos razones de peso del por qué es tan importante que pases de una percepción negativa del estrés a una más productiva y amigable.

El estrés es una respuesta innata de nuestro sistema nervioso central para protegernos, para resguardar nuestra existencia y resulta muy útil para enfrentar los retos de la vida. Pero cuando estos retos de la vida se acumulan día a con día, y los más grandes no pueden dejar de lado a los más pequeños, ¿qué podemos hacer? Además de resetear nuestro chip mental, hay que vivir la experiencia, ponernos en acción.

Una de las más importantes bioquímicas nutricionales de Australia y Asia, Libby Weaver, asegura que dejar por completo la cafeína, disminuir el azúcar, nutrirnos con alimentos naturales (abandonar los procesados) y aprender a respirar diafragmáticamente son unas de las mejores terapias para gestionar el estrés cotidiano.

Filosomi también hizo su investigación y te traemos 3 alternativas que te pueden ayudar a gestionar de forma consciente y saludable el estrés. Aplícalas y cuéntanos tus resultados.

1.-Resetea tus creencias

Gran parte de la respuesta que tenemos hacia el estrés diario está condicionado por las creencias que tenemos de nosotros mismos. Opiniones, y no necesariamente hechos, que se gestaron desde nuestra infancia y que nos acompañan consciente e inconscientemente en la vida. Te compartimos este ejercicio de ‘mindset shift’, contesta las preguntas y escúchate (escribe a mano): 

  • Enumera tres opiniones negativas que tienes sobre ti mismo

  • ¿Cómo formaste estas opiniones negativas sobre ti mismo? ¿Quién o qué circunstancias contribuyeron a estos pensamientos o creencias?

  • ¿Cuánto tiempo han estado contigo estos pensamientos negativos? ¿Tu comportamiento ha reforzado estas creencias? ¿Puede enumerar algunos hechos reales que apoyen estas opiniones negativas?

  • Enumera tres cosas que podrían ser diferentes o que podrías estar haciendo con tu vida si no creyeras esto sobre ti mismo.

  • ¿Qué podrías ganar desafiando una de estas creencias?

  • ¿Qué podría estudiar, planificar, participar o aprender para mejorar en estas áreas?

  • ¿Cuál es una pequeña acción que puedes hacer hoy para desafiar una de estas creencias? (Ponla en práctica)

2.-Medita más

Todo el mundo nos repite que meditemos y es un gran consejo, ya que está comprobado científicamente que la meditación disminuye el estrés, mejora la claridad mental, aumenta la creatividad y eleva la energía. Además es capaz de influir positivamente en procesos como la regeneración celular, las adicciones, la depresión, la ansiedad, los trastornos cognitivos y alimentarios.

¿Pero qué es meditar y cómo empezar? Revisa este artículo de nuestro blog: “Uno de mis objetivos, meditar”. Te dejamos unas recomendaciones básicas que esperamos te animen a iniciar:

  • Identifica tu ¿por qué?, ¿Por qué quieres meditar? ¿Qué quieres lograr con esta práctica? ¿Cómo te quieres sentir?    

  • Empieza con unos pocos minutos al día y ve aumentando paulatinamente hasta completar 20 0 30 minutos. Recuerda, la consistencia es la clave.

  • Escoge una forma de meditar, la que mejor se acople a ti. Quizás te sientas cómodo con una meditación guiada, con mantras o con sesiones grupales.

Te recomendamos algunas Apps para meditar: Calm, Ziva Meditation y revisa el Instagram de la especialista en meditación Mónica Pérez, y la experta en Yoga, Caridad Ponce de Shantaya Yoga.

3.-Relájate en un cuarto de sal

Hay muchas terapias disponibles para ayudarnos a relajarnos y sentirnos bien, y te queremos compartir una que nos resultó novedosa y que tiene sede en Quito, Ecuador, la haloterapia, o terapia de sal.

Básicamente entramos a un cuarto de sal, traída del Himalaya, que cubre de techo a piso. En el área se coloca un halogenerador que controla los niveles de concentración salina. Simplemente entras, caminas descalzo, te sientas y relajas, para recibir todos los beneficios de la sal, entre ellos desintoxicar, especialmente las vías respiratorias, permitiendo una buena oxigenación de la sangre.

El poder antiséptico, antiinflamatorio y antimicótico, hace de esta terapia fabulosa para tratar asma, bronquitis, rinitis, sinusitis, Epoc, resfriado común, dermatitis, atópica y psoriasis. Además se recomienda para propiciar la recuperación deportiva.

Visitas regulares a un cuarto de sal puede ser una gran opción para mantener el estrés a raya y el sistema inmune bien entrenado.

Mira este reel sobre la haloterapia.

Escucha: “Meditar es más fácil de lo que crees”.

Anterior
Anterior

Los Omega-3: Un nutriente que no podemos pasar por alto

Siguiente
Siguiente

¿El estrés es el enemigo? Suelta tus creencias